En la época festiva de diciembre la ilusión de vestir la casa de fiesta permanece todo el mes. El árbol navideño y las luces brillantes son el sinónimo del inicio de las celebraciones. Sin embargo, lo que para nosotros es una tradición llena de luz, para nuestros compañeros de cuatro patas puede transformarse en un escenario lleno de riesgos. La curiosidad natural de perros y gatos los lleva a explorar texturas y brillos nuevos, muchas veces con consecuencias graves para su salud.

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Recientemente, especialistas pusieron la lupa sobre ciertos elementos decorativos que solemos usar sin sospechar su peligrosidad. La premisa es clara: unas fiestas de fin de año felices también deben ser seguras para quienes no tienen voz pero forman parte esencial de la familia.

Los peligros detrás del brillo

Uno de los mayores riesgos reside en las esferas de vidrio. Aunque son visualmente atractivas por su reflejo, su fragilidad las convierte en una trampa. "Algunos adornos navideños no están diseñados pensando en la seguridad de los animales y pueden causar desde intoxicaciones hasta obstrucciones intestinales o heridas", explicó la UNAM en un informe que busca concientizar a los propietarios sobre la importancia de elegir materiales irrompibles.

El peligro no es solo la ingesta; una esfera rota en el piso puede provocar cortes profundos en las almohadillas de las patas o en la boca si intentan jugar con los fragmentos. Por ello, la recomendación es reemplazar el vidrio por adornos de plástico quirúrgico, tela o materiales naturales que no representen una amenaza ante una eventual caída.

Cables y luces bajo vigilancia

La iluminación es otro punto crítico que suele pasar desapercibido. Los cables expuestos son una tentación irresistible, especialmente para cachorros en etapa de dentición o gatos curiosos. Morder un cable conectado puede derivar en descargas eléctricas severas, quemaduras internas o problemas cardíacos inmediatos. La prevención aquí es la clave para evitar accidentes domésticos que empañen los festejos.

Para minimizar riesgos, los expertos sugieren utilizar luces de tecnología LED, que generan menos calor, y asegurarse de que los cables queden bien protegidos o escondidos detrás de los muebles. Además, es vital evitar el uso de velas aromáticas al alcance de las mascotas, ya que un simple coletazo puede derribarlas y provocar quemaduras o, en el peor de los casos, un incendio.

Una decoración pensada para todos

La clave para convivir con el espíritu de fin de año y las mascotas está en la ubicación estratégica. Colocar los adornos más pequeños y las luces en la parte superior del árbol, fuera del alcance de saltos o trepadas, es una medida sencilla pero sumamente efectiva. Supervisar los momentos de juego cerca del arbolito evitará que la curiosidad termine en una visita de urgencia al veterinario.